domingo, 16 de enero de 2011

Primero aprenda español, después chino Eluniverso.com

Va una pregunta de trivia: Si una persona que habla tres idiomas es trilingüe, y la que habla cuatro es cuatrilingüe, ¿cómo se le conoce a quien no habla un solo idioma extranjero?
Respuesta: estadounidense.
Sin embargo, en últimas fechas estamos viendo a estadounidenses comprometidos de lleno y ambiciosamente en una carrera por aprender chino; o más precisamente, lograr que sus hijos aprendan chino. A dondequiera que volteo, la gente me está preguntando la mejor forma de que sus hijos aprendan chino.
En parte, eso se debe a que las clases de chino ya reemplazaron a las clases de violín como lo más reciente en ser padres competitivos, y en parte porque mi esposa y yo hablamos chino y he torturado a nuestros tres hijos intentando educarlos con un sistema bilingüe. El chino sigue siendo mucho menos común en las escuelas o universidades que el español o el francés, pero está empezando a repuntar y tiene el factor cool o en boga detrás de sí; así que escuelas públicas y privadas por igual se están apresurando a sumar el chino a su programa académico.
Tan solo en la ciudad de Nueva York, aproximadamente 80 escuelas ofrecen chino, con algunos programas que empiezan en el jardín de niños. Y seamos francos, si su hijo no ha empezado con clases de mandarín para el tercer grado, él o ella nunca logrará nada.
Solo bromeaba. De hecho, pienso que la prisa por aprender chino está pasando por alto algo más cerca de casa: la máxima importancia de que nuestros hijos aprendan español.
Miren, soy un ferviente creyente en que más niños estadounidenses aprendan chino. Sin embargo, el idioma que será esencial para los estadounidenses y tiene más aplicaciones cotidianas es el castellano. Cada niño en Estados Unidos debería aprender español, a partir de la educación primaria; el chino es una magnífica adición al español, mas no un substituto.
Quizá el español no sea tan prestigioso como el mandarín, pero es una presencia diaria en Estados Unidos y lo será incluso más. Los hispanos representaron 16% de la población estadounidense en 2009, pero se pronostica que ese porcentaje subirá a 29% para el 2050, con base en estimados del Centro Pew de Investigación.
A medida que Estados Unidos se integra con América Latina cada vez más en la esfera económica, el español se volverá más crucial para nuestras vidas. Más estadounidenses tomarán vacaciones en Latinoamérica, harán negocios en español, y con el tiempo se mudarán al sur para retirarse en países donde el costo de la vida es mucho más barato.
Ya estamos registrando crecientes números de estadounidenses que se retiran en Costa Rica, atraídos tanto por el clima y el estilo de vida como por los bajos costos y el buen cuidado de salud. También veremos más y más fragmentos de Florida que casualmente estén localizados en México, Panamá o la República Dominicana.
Otra razón para apostarle al español es que América Latina, finalmente, está poniendo en orden las cosas. De todas las regiones del mundo, discutiblemente fue Latinoamérica la que superó la reciente crisis económica con mayor comodidad. Eso significa que el estudio del español hace más que facilitar piñas coladas en la playa de Cozumel. Será un lenguaje de oportunidades de negocios en las próximas décadas. Necesitamos dirigir nuestras mentes competitivas no solo hacia oriente, sino también al sur.
Lo que es más, el español es suficientemente fácil para que los niños realmente puedan salir del bachillerato con un dominio sumamente útil del idioma que conservarán de por vida, en tanto el mandarín requiere aproximadamente cuatro veces el mismo tiempo para lograr el mismo progreso. El chino apenas tiene gramática –nada de singular o plural, ni conjugaciones de verbos, ni molestos sustantivos masculinos y femeninos– pero hay miles de caracteres por memorizar, así como las minas terrestres que representan cualquier lenguaje tonal.
La forma usual para formular una pregunta en chino es qing wen, con el wen en un tono descendente. Eso equivale más o menos a: ¿Puedo preguntar algo? Sin embargo, si se formula el mismo qing wen con la entonación descendente y luego ascendente en el wen, y significa groso modo: ¿Me puede dar un beso?
Probablemente es por esa razón que las relaciones comerciales entre nuestros países son tan tensas. Nuestros negociadores piensan que están formulando preguntas sobre aranceles, y los chinos responden indignados, diciendo que un beso sería inapropiado, lo cual deja confundidas a ambas partes.

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